Decía,
y nos sigue diciendo Walt Whuitman:
“Ahora conozco el secreto de hacer la mejor persona: crecer bajo el aire
abierto y comer y dormir con la tierra.” Una tierra de todos los que la
habitamos, los que nacemos en ella y los que, por desgracia, algunos que ya
antes de nacer los dejan morir entre caminos con alambradas de espinas.
Porque
los que nos gobiernan están al servicio de mentes poco lúcidas ¡inservibles!
que contaminan todo lo que tocan para ser ellos los que dominen esta tierra. El
poder los hace inútiles mandatarios porque son naves dirigidas por aquellos que
no tienen corazón y menos conciencia.
Un
gobierno que se precie, se dedica a paliar los problemas de su pueblo de sus
gentes incluso de todo lo que se mueve con un corazón que tañe los caminos por
los que transitamos.
26/02/17
Antonio
Molina Medina