SUS PASOS

¡Que las estrellas te escuchen y
los cielos se aclaren!,
Solo la luna será capaz
de sentenciarle en sueño y
acudir al rincón donde se calientan,
bajo la chimenea, entre troncos y ascuas,
cuyo humo se desliza camino las estrellas.
Si sigue andando
la culpa es de su cuerpo
que se niega a estancarse;
aunque sólo haya espinas
en la verde pradera
por la que retoza
desde que era un niño.
01/06/17

Antonio Molina Medina