DE LA MIEL

Su río:
Con la vista perdida en lo profundo
del bosque de su alma.
Su mente desmenuzada
Su sabia encabriolada,
Perdida en la espesura
buscaba entre sus bolsillos
El olvidado río de la vida,
que ,en cascada, denso, pletórico
introduce agua por su boca.

Largo será su curso,
los meandros de su cuerpo
recorren el agua, fresca y clara,
limpiando de impurezas
su estructura humana.

Sus ojos relucen.
a pesar de las sombras.
Sus ojos centellean entre galerías
de cuerpos celestes.

Sus párpados se deslizan empapados
con el jugos de su escarcha.
Mientras, su corazón calma su respirar
tras el oleaje, que en su cavidad rompía.
Casual y cierto.
Se sosiega el clamor de dudas y suspiros
que brotaban de su cuerpo de esponja,
Ilusión consumida fuera de su tiempo.

Brotan pergaminos que oscilan entre sus dedos
Una conjunción de versos embridados se inclinan.
La miel almidonada,  ruborosa en la colmena.
Así será su vida… hoy muerta en tinieblas.
24/11/16

Antonio Molina Medina