Un amiga me brotó,
un sarpullido en
el viento,
cuya ola me
atrapó
y me cobijó en
sus adentros
capturando mis
recuerdos
I
¡Cómo corría su
viento!
Con su fuerza me
apresaba,
me enroscaba con
su aliento,
sudores de agua
salada.
Antonio Molina
Medina