IGUAL QUE ELLOS

Éramos como nuestros abuelos
Jugábamos al corro y a las tabas
Y el agua de los ríos
nuestros cuerpos limpiaba.
Sus cuentos e historias
nos alumbraban la noche,
para seguir siendo niños
cuando ellos nos faltaran.
Eran mujeres y hombre que no se
escondían de la nada,
pues era su compañera
de la noche a la mañana.
Soñaban con su futuro
que, la nada les negaba.
Nos legaron tantos sueños y
con dientes apretados,
nos marcaron el camino
nos ofrecieron su amor y
con lagrimas ensartadas
nos entregaron poetas

que a ellos acompañaban.
Antonio Molina Medina