Mis ojos ya no
te miran,
residen en tu
interior.
Ya no te observan
por fuera,
se introdujeron cual
particulares,
y fueron a
través de tus venas.
Con una simple
chalupa
recorrí millas
enteras,
pozos y charcos
de sangre.
¡Qué hermoso tu
corazón!
Zumbador marca
tu cuerpo.
Traspasador de
fronteras.
¿Qué más se le puede decir
a ese chorro
brotador?
Peregrinan
primaveras.
Antonio Molina Medina