Un brote de esperanza

Debajo de esa manta
de sombras que te mecen
está un corazón que
brama por salirse
del lugar que le dieron
los que te concibieron.
 
Eres como la luz que
alumbra al peregrino
en esta larga noche,
la de nuestro destino.
 
Que de tus manos
broten esporas,
que copulen e incendien
quemando las impurezas
que pululan por el aire.
 
Tus pinceles son plumas
que revolotean contra el viento
como sables que se clavan muy adentro,
buscando con esperanza
ese mundo más humano
que todos deseamos,
manteniendo con ardor
la luz que te ilumina
en tu largo caminar
entre sombras y ardillas.
 
Tú, con tu corcel, remontarás
camino al infinito,
aguerrido escultor,
espléndido inquilino.
Que tu sabiduría
perdure en otros siglos.

Molina Medina