MI MORADA

















Llegué a una hermosa mansión
deteriorada por dentro,
me dijeron que era bella.
Con qué ilusión penetré
en todos sus aposentos,
escudriñé su interior
y traté de vivir el momento.

Pero mi casa es de paja,
de las que se hacían antes,
de las que no se olvidan en el tiempo.
Añoré su contenido, su humildad,
su calor y el murmullo de sus ancestros.

Qué desilusión llevé
en el palacio por dentro,
el hombre en su final
siente la soledad del momento.

No lo arranques de su hábitat,
déjalo con su pobreza, sus miserias
y sus dudas, pero su llama perdurará
con todo lo que vive por dentro.

Su choza es su palacio.
Los troncos de leña ardiendo
son ilusiones marchitas,
salpicándole las chispas
de las que brotan silencios y risas.

Que no te confundan amigo
y no te saquen de tu cielo
con falsas y jugosas palabras,
con maravillosos cuentos.

Lo que nunca te dirán es
la soledad del camino,
que tu recorrerás solo,
hasta que te venza el sueño.
Antonio M. Medina